Entra en un vagón

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Vagón 21. Dibujo

Este dibujo que he hecho podría parecerse mucho a cualquiera de los vagones. También podría ser éste un tren cualquiera, aunque seguramente nunca lo sea. Hubo un tiempo en que lo fue, pero ahora ya no.

El vagón, como veis, es muy amplio y eso se agradece. No hay motivo para sentirse asfixiado por un reposabrazos que siempre está demasiado cerca, ni por asientos demasiado duros y estrechos. Hay mucha luz dentro, con lámparas a lo largo de todo el vagón. De noche apagan todas excepto las de los extremos, al lado de las puertas. Podría ser otro vagón distinto, peor, pero lo cierto es que no nos podemos quejar. El revisor siempre dice que los que viajamos aquí somos unos privilegiados. Como si él hubiera visto alguna vez en su vida otro tren que no fuera este.

Paramos en la última estación hace al menos dos días. A través de las cortinas pudimos entrever que era terriblemente vieja, herrumbrosa, como si ya nadie quisiera usarla, como si ya nadie quisiera subir a este tren ni a ningún tren, como si evitarlo fuera posible.



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