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domingo, 29 de enero de 2012

Vagón 21. Tú a Boston y yo a California

Elisa se quedó preñada a final de curso. Y lo que ocurrió en los meses posteriores fue que tú a Boston y yo a California, solo que ella se quedó en España y a mí me mandaron a Inglaterra, a una universidad privada. Me dejé organizar la vida y Elisa nunca me perdonó, en las cuatro cartas que todavía nos mandamos entre septiembre y febrero, que yo no tuviera cojones para enfrentarme a la situación, a mis padres y a los suyos.

Emprendí una huida como sólo se puede emprender a los 18 años. Me desentendí, es cierto, pero ella tampoco sabía lo que hacía. Me enteré que el 10 de febrero, días después de la última carta que me mandó, dio a luz a una niña a la que nunca conocí y nunca sentí como mi hija. Y ya no supe más hasta que la vi en el convoy. 

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La vida, nos va trazando el camino, a veces coincide con lo que deseamos y otras, todo lo contrario, pero el destino es inevitable, siempre he sido de la idea que todo está escrito de antemano y por más esfuerzos que hagamos por desviar el trazado, será imposible, hay una fuerza superior a nosotros, a lo irracional, una fuerza asociada a la locura (esa que todos sabemos que nos habita pero nos cuesta aceptarlo) que va más allá de nuestros planes y pensamientos, en determinados momentos de nuestra vida...

Gracias por permitirme esta reflexión, podemos compartirla, o no, pero lo cierto a todo esto es que la vida continúa,con sus aciertos y con sus desaciertos, muy pese a nosotros...

Mis saludos.

Anónimo dijo...

La vida es un cúmulo de circustancias envueltas en errores y aciertos,en idas y venidas...en enfados y contentos.
Menos mal que está el convoy para reparar, si cabe, un curso de los acontecimientos.
Un abrazo.

Raúl dijo...

Mi teoría es la de que somos hijos de lo que no hacemos. Y así nos va.

convoy89 dijo...

Muchas gracias, MOVISI, por tu lectura atenta y esa reflexión. Pensamos que el chico del vagón 21 actuó de manera cobarde, pero a los 18 años ni siquiera se sabe qué es la cobardía, así que tenemos un dilema. ¿Actuó bien? ¿Destrozarías tu vida a los 18 años? ¿A esa edad se ama tanto como para sacrificarse por el ser "amado" y no dejarlo solo? ¿Es cobardía? ¿Tenía elección? En fin, preguntas que nos surgen. Si os han surgido también a alguno de vosotros, nos alegramos enormemente.

convoy89 dijo...

Pedro Luis, umh, ¿reparar? A ver, a ver qué pasa en los próximos días…

convoy89 dijo...

Raúl… lo que he dicho antes. ¿Podía este chico del vagón 21 hacer otra cosa a esa edad? ¿Cuántos a los 18 años saben algo de la vida? Pocos. No tenía elección. ¿O sí? : )