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martes, 22 de mayo de 2012

Vagón 21. Ese pequeño bypass de dos horas

En este tren es mejor correr las cortinas para no ver lo que ocurre fuera. El mundo ya no es el mundo. Rodar sobre las vías es ahora la vida, el planeta, la civilización.

Claire tiene un par de horas libres a la semana y nos parece normal a todos. Nosotros, los viajeros, no tenemos que hacer nada al cabo de cada día, mientras ella no puede dejar de atender con sumisión de esclava ni un solo minuto su restaurante. Dijeron que todo iba a cambiar y era cierto. Cambio a peor. Pero solo para algunos.

Ahora, en ese pequeño bypass de dos horas, atajo de la rutina, Claire está desnuda frente a mí. Mientras me besa la cara interna de los muslos, me juro a mí mismo que me pondré un delantal y ayudaré en todo lo que pueda a que este tren sea un poco más acogedor para todos. La llamo Elisa y levanta la cabeza. La llamo Claire y me siento libre de pasados.

La nieve precede al verano. Invariable.

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