Entra en un vagón

jueves, 31 de mayo de 2012

Vagón 37. Encadenando

La mujer de los juegos ha vuelto al vagón. Le pregunto que si ya han hablado con el padre de Juan y me dice que no con la cabeza. Sonríe. Está contenta.

—¿Y Juan?

Me dice que se ha quedado fuera jugando con otros niños. Si quiero, me puedo bajar con ellos, están haciendo un muñeco de nieve. Pero no quiero. Estoy enfadada con Juan por haber puesto triste a la mujer de los juegos. Bueno, ya no estoy enfadada porque ella está contenta.

—No hay ningún teléfono cerca —me explica—. Pero ya han subido comida al tren. Se acabó la coliflor hervida. —Vuelve a sonreír. Está muy contenta.

—¿Jugamos a las palabras encadenadas? —Me gusta mucho ese juego. Nos reímos mucho cuando nos atascamos y nos inventamos palabras que no existen.

—Si quieres… Empieza tú.

—Caracola.

—Lavandera.

—Ra… rábano. ¿Cómo te llamas?

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