Entra en un vagón

miércoles, 21 de marzo de 2012

Vagón 21. El limbo

Juraría que el tren volaba, pero seguramente ha sido un puente, elevándonos sobre el abismo del infierno. La niebla nos ha cubierto durante unos segundos y he sentido un vértigo mortal apaleándose los intestinos. 

No puedo apartarme de las visiones de Elisa. Está sin estar. Me persigue como un alma del limbo por los vagones, inmaculada, sí, pero sin oportunidad de redimirse. Huí como huiría el diablo y ahora me pide explicaciones, en una playa vacía. Oigo el mar cerca, o puede que sean ondas de radio. No puedo moverme. Sé que estoy en el tren, pero el tren ya no está en la tierra.

No sé cuanto tiempo. Unos rayos intermitentes de sol me han herido las pupilas y me he sentido regresar. Por la ventana veo árboles haciendo repiquetear la luz en los ojos. Elisa en el limbo y yo en este tren que no va a ninguna parte.

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