Entra en un vagón

martes, 6 de marzo de 2012

Vagón Restaurante. Mirando

Este tren es muy divertido. Da un poco de miedo, pero seguro que todo es un juego. La mujer de los juegos es mágica y hace estas cosas: tan pronto es de día como de noche. Tengo hambre.

Aquí hay mucha gente. Las dos chicas que hemos visto antes acaban de entrar. Siempre se están riendo. Ahora creo que se ríen de ese chico que siempre lleva los ojos muy abiertos, como si se le hubiera perdido algo. Me va a entrar la risa, porque él no deja de mirarlas, creo que le gustan. Y a ellas les hace gracia su cara de asustado, seguro. Juan también las mira. Seguro que también le gustan. La mujer de los juegos no deja de mirar por la ventana. Parece preocupada, a lo mejor es que quería hacer un día menos soleado y no le ha salido. La noche en nuestro vagón le ha salido muy bien, era de oscura…

—Juan… ja,ja,ja. Te gustan esas chicas, ja, ja, ja.

Ya se ha enfadado. Es muy divertido cuando se enfada y no quiere que se le note. Se le juntan las cejas y la boca se le hace pequeñita.

—Tú eres tonta.

—Juan… no insultes.

La mujer de los juegos está rara. Parece como si no nos escuchara. Yo también he mirado por la ventana y no hay nada raro. Tengo hambre.

—Juan tiene novias, Juan tiene novias, Juan tiene novias…

—¡Mamá! Dile que deje de cantar eso. Julia, eres tonta.

—¿Se puede saber qué pasa?

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