Entra en un vagón

domingo, 18 de marzo de 2012

Vagón 42. Misterios

Marta y Ester descansan tumbadas tal como las acaba de ver el abuelo. Desnudas y mirándose a los ojos. Luego se incorporan y, mientras Marta recoge las mantas, Ester separa hacia atrás los asientos para reconvertir la cama en un compartimento de seis plazas. Marta se sienta junto a la ventanilla de espaldas a la máquina y Ester se sienta encima dándole la espalda y enroscando sus piernas con las de ella. Juntan las mejillas y contemplan el paisaje calladas. Sigue nevando.

El tren traza una curva de radio muy amplio y entonces Marta dice:

-¡Qué raro! Ayer me fijé en que el último vagón era muy moderno y ahora veo que al final de todo hay un furgón de cola antiguo. Y desde ayer no hemos parado.

Y Ester contesta:

-Porque en este tren pasan cosas muy raras. Dicen que a veces unos vagones del tren entran en un túnel y los otros no.

-Pues eso es imposible.

-Tan imposible como ese furgón de cola que aparece y desaparece. Y siempre está cerrado. Dicen que dentro hay un niño que juega con su abuelo con una maqueta de tren eléctrico que es una copia en miniatura de este mundo en que nos movemos nosotras.

-¡Qué raro es todo!

Y Ester dice:

-Pero nosotras vamos a lo nuestro, ¿o no?

Entonces, desde encima de Marta, tuerce el cuello y le busca los labios. Luego dice:

-¿Me tocas un poquito?

-Bueno.

-Pero sólo un poquito. 

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