Entra en un vagón

martes, 10 de abril de 2012

Vagón 72. Miguel (2)

El sol asomando por el horizonte es una imagen desconcertante cuando llevas tanto sueño acumulado. Sentir como va despertando el vagón. Los susurros que empiezan a subir, poco a poco, de intensidad. Las voces que se van aclarando y los pensamientos que empiezan a atravesar las tinieblas de los fantasmas personales que se diluyen con la luz del día, en espera que ésta vuelva a desvanecerse para tornarse de nuevo corpóreos.

Es absolutamente enervante.

¿Cómo jodidos cojones he llegado a recalar en este vagón? Es que no lo entiendo. Entre esta gente… ¿gente? Olores, son olores envueltos en harapos con forma humana. Emiten sonidos, algunos incluso semejan personas, pero no. Solo son efluvios que se han condensado hasta tener forma humana y me molestan.

¿Cómo no habría de molestarme?

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