Entra en un vagón

domingo, 29 de abril de 2012

Vagón Restaurante. Raciones de problemas

—Yo quiero un escalope.

—No nos queda carne.

—Entonces una chuletas.

—He dicho que no nos queda carne. Nada de carne.

—Es muy pequeña. —La mujer de los juegos acusaba con la mirada a la camarera—. Dígame qué tiene y que elijan.

—Coliflor y patatas.

—¿Fritas? —A Julia se le iluminaron los ojos.

—La coliflor no, hervida. Las patatas como quieras.

La mujer de los juegos volvió a mirar a la camarera. Ésta entendió la pregunta.

—Hasta que no paremos no podremos repostar, la comida empieza a escasear, sí.

—¿Y cuándo pararemos?

—En cuanto el maquinista nos diga cómo.

—Traiga tres raciones de comida, por favor. De lo que haya.

Sabía que algo no iba bien, lo sabía. Pero hace ya un rato que me ha parecido que el tren va más despacio. Todo se solucionará, seguro.

—¿Sabéis qué haremos? Un bosque de coliflor. Un bosque nevado. Y las patatas serán las rocas. Descubriremos que hay bajo la nieve, ¿vale?

—¡Vale! —respondieron al unísono los dos niños.

—Mamá… —Juan parecía no saber cómo decir lo que quería decir —. Cuando paremos…

—Dime.

—¿Podré llamar a mi padre para que sepa que estoy bien? 

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